
El Regalo
Porque de tal manera amó Dios al mundo que gave a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea no se pierda, mas tenga vida eterna.
(Juan 3:16, NVI)
Había dos niñas pequeñas llamadas Sarah en el programa extracurricular de la iglesia. Ambos estaban en cuarto grado y eran grandes amigos. Jugaban juntos todos los días, dentro y fuera.
La madre de una de las Sarah era ciega y su hija fue de gran ayuda para ella. Viajaron en el autobús y cajuntos a la iglesia y nos hicimos amigos del director del programa.
Una tarde, el director recibió una call en casa que Sarah, cuya madre era ciega, se había roto el brazo durante un gayo afuera El director cayo y llevé a la niña al hospital, mientras otro traía a su mamá. El médico acomodó el brazo de Sarah y se fueron a casa.
Cuando se inauguró el programa a la mañana siguiente, Sarah estaba allí. La otra Sara también estaba allí. cuando el director came llevó a la habitación, los vio jugando juntos como de costumbre. Sin embargo, había una diferencia. estaban jugando un card gaa mí. Cada uno estaba usando sólo una mano. Más tarde sacaron barras de pegamento y palitos para manualidades. Trabajaron juntos, cada uno usando una mano para hacer una estrella, que gave al director.
Cuando el director preguntó, Sarah con el brazo intacto dijo que quería jugar con una mano como su amiga. El director quedó impresionado por el hecho de que esto es exactamente lo que Dios hizo por nosotros cuando envió a Jesús. Él gaVe todo lo que tenía, Jesús, que se hizo como nosotros para que pudiéramos conocer a Dios.
Dios gave todo lo que Él tenía para nosotros, Su Hijo Jesús, quien se hizo como nosotros y murió por nosotros para que pudiéramos conocerlo. Este es el mayor ejemplo de dar con sacrificio que jamás conoceremos.
Tómese un tiempo hoy para detenerse y considerar el regalo de Dios de Jesucristo. Mientras reflexiona, pregúntese qué otros dones ha recibido y cómo can implacablemente y con sacrificio devolverlos todos a Dios. Medite en los dones que da mientras enseña a los niños en edad preescolar sobre el amor de Dios y los misioneros que salen a contar Sus historias. Da gracias y permite que el Señor te guíe en los caminos que Él quiere que le devuelvas.
Cada uno debe dar como lo ha decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. (2 Corintios 9:7, NVI)
Ore:
Querido Padre, gracias por todo lo que nos has dado. Gracias por el regalo del sacrificio de Tu Hijo y nuestro Salvador, Jesucristo. Mientras buscamos servirte, ayúdanos a dar sacrificialmente cada parte de nosotros mismos—nuestro tiempo, talentos y dones—de nuevo a usted. Amén.
Escrito por Wendy Dever

